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Bienvenidos

Soy una persona normal, casada, madre de dos hijos, trabajadora, entusiasta, que disfruta los pequeños momentos buenos de la vida y a la que le gusta escribir. Hoy inicio este Blog para que queden plasmados mis pensamientos, opiniones o comentarios y algún día, quizás mis hijos lo lean y me conozcan un poquito mejor. Simplemente contaré momentos de mi vida cotidiana o compartiré alguna opinión que me parezca interesante. ¡Bienvenidos!

domingo, 1 de febrero de 2015

Secretos



La vida está llena de secretos. Desde bien temprano la gente te va confiando sus más íntimas experiencias y no sólo te sueltan la gran responsabilidad de quedarte esa información para tí solo sino que también te piden que no lo digas a nadie; "-Te voy a contar un secreto...", dicen, "-pero tienes que prometerme que no se lo vas a decir a nadie..."es la típica frase que alguien te dice antes de soltarte la bomba, la frase que hace que a ti te remuerde la curiosidad de tal manera, que en ese momento eres capaz de prometer cualquier cosa, con tal de que te hagan partícipe de esa jugosa noticia que solo unos pocos conocen. Te sientes priviliegiado porque estás a punto de ser confidente, de ser conocedor de un secreto importante y te lo van a decir a tí, nada más que a tí. 

"Me estoy acostando con el mejor amigo de mi esposo"... Rassss. Ahí está, la gran noticia bomba. Tu te quedas...Guauuuu, ¿en serio? No me lo puedo creer. Enseguida te vienen imágenes a la cabeza de tu amiga haciendo mil cosas prohibidas con el mejor amigo de su marido y no estás muy de acuerdo con esa situación, sobretodo por el buenazo de su esposo que no se lo merece, pero le sueltas: "Tranquila que tu secreto está a salvo". Como buena amiga, juras y perjuras que no se lo dirás a nadie, porque para eso están los amigos, para apoyarse mutuamente.

Pero pasan los días y el secreto te carcome las entrañas. Tu amiga ya se liberó y te pasó la patata caliente a ti. Cuando estáis los amigos reunidos y están presentes los tres personajes de la historia como si nada sucediera, tu te quedas con ganas de gritárselo al mundo. ¿Pero es que nadie lo ve? ¡Es taaan evidente! Estás loca por comentarlo con alguien, piensas, pero tu sentido de la confidencialidad te lo impide y te quedas esperando que alguien lo note y haga el más mínimo comentario para entonces soltar todo lo que sabes y quedarte tan pancha, porque no lo habrás dicho tu, ya alguien más habrá notado la traición de la pareja. Es lo mejor que te puede pasar; tu consciencia está limpia, has soltado el secreto y además, aún sigues siendo una amiga fiel.

¡Qué bien se siente cuando te liberas de ese gran secreto! Te has quitado un gran peso de encima.

Sin embargo hay gente que no puede lidiar con esa gran responsabilidad. Cuando le cuentan un secreto, pasa poco tiempo antes de que escojan a su víctima y le diga "Fulanita me ha contado un secreto y me ha dicho que no lo diga a nadie, pero yo te lo voy a contar a tí porque eres de total confianza. Eso sí, ¡ni se ocurra comentarlo con nadie!". Y ahí mismo le sueltan el paquete, liberándose al instante y descargando la responsabilidad sobre la otra persona. Sólo es cuestión de tiempo que el secreto sea de dominio público y tu crees que no tuviste nada que ver en eso.

En fin amigos, que la mejor forma de guardar un secreto, es ese, guardárselo para uno mismo. Si de verdad no quieres que algo se sepa, no lo comentes con nadie, pues el ser humano es débil y el chismorreo es una de las cosas que nos entretiene y nos apasiona, tal como demuestran algunos programas televisivos de gran audiencia.  

Como decía un escritor español, "el que confía sus secretos a otro hombre, se hace esclavo de él". Así que amigos, lo mejor es quedarnos calladitos y guardarnos el secreto para nosotros mismos... pero psssst! no se lo digas a nadie....





jueves, 11 de septiembre de 2014

Pensando en la muerte


Hoy no sé por qué, me dio por pensar en la muerte. Es algo que todos sabemos que llegará tarde o temprano y tenemos que aceptarlo como parte de la vida. Sea cual sea la forma de morir, la muerte siempre es dolorosa, sobretodo para los que se quedan. Ese dolor, ese vacío que queda en el corazón es difícil de superar. Saber que no vamos a ver más a nuestros seres queridos  es una realidad que nos golpea tan duramente y a veces de repente, de la que es difícil sobreponernos.

Personalmente, no le tengo miedo a la muerte, porque la he visto muy de cerca y siento que lo único que nos quedará será una sensación de paz, pero sí me da por pensar en que lo peor que le puede pasar a alguien es que lo olviden. Me explico; cuando alguien fallece, esos días próximos suelen ser muy tristes y dolorosos, pero con el tiempo, sobretodo las personas no tan allegadas, pasan a olvidarse poco a poco de esa persona que tuvo una vida, unos momentos felices, unos recuerdos, unos sentimientos...etc.

A mi no me gustaría que me olvidasen. Es cierto que hay que pasar página y seguir adelante, pero uno lucha tanto en esta vida por ser honesto, por hacer las cosas bien, por los hijos, por salir adelante...para luego pasar al más triste de los olvidos. 

Unos consiguen ser recordados eternamente, como los famosos; otros luchan igual pero no logran dejar huella, otros hacen mas mal que bien en su paso por la vida, pero en fin mucho depende de las circunstancias de cada uno...

Quizás suene egoísta o narcisista, el pretender ser siempre recordado, pero creo que uno tiene su lugar en la vida por algún motivo y ya sea larga o corta nuestra vida, seguro que habremos dejado huella en más de una persona, como para después caer en el olvido.

Que nos recuerden con alegría, que la gente rememore todos esos bonitos recuerdos, que se queden con lo mejor de tí..., así es como me gustaría morir... y que conste que no estoy pensando en irme de este mundo por ahora, pero cuando uno está en la mitad de la vida, a veces le da por reflexionar sobre estos temas.

martes, 4 de marzo de 2014

Debemos aprender de la historia



Ayer estaba viendo la película "12 Años de esclavitud" que tanto éxito ha tenido en los últimos premios Oscar y la verdad es que me impresionó porque en mi mente no cabe la idea de que la mente humana sea capaz de tales aberraciones. Esta película, como otras del mismo género, está basada en hechos reales.

El cine y la literatura nos han acercado en diversas ocasiones a esta realidad que no hace tanto tiempo sufrieron muchas personas; el holocausto, la exclavitud, las guerras, etc, mostrándonos la cara más amarga de las víctimas de estos sucesos. Lo peor es que parece que no aprendemos de la historia. Como dijo Cicerón, "el pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla".

Hoy en día se siguen cometiendo atrocidades, siguen habiendo guerras, racismo, exclavitud, corrupción, homofobia, torturas y un sinfín de conductas que me parecen indignas de un ser humano

Mientras veía esta película, me puse a pensar en los miles de esclavos que fueron separados de sus familias, ultrajados y humillados, sólo por el color de su piel y la verdad es que sentí escalofrios al imaginarme el sufrimiento de esas madres, de esos niños huérfanos cuyo destino era trabajar de sol a sol para satisfacer los deseos de quienes se sentían superiores. 

Yo me pregunto, ¿quién le da el poder a quién para actuar de esa manera? En la segunda guerra mundial, Hitler, con su gran poder de oratoria, le hizo creer a muchos alemanes que eran de una raza superior a los judíos. ¿Pero tan débil es la mente humana para creer algo así? Muchos han matado en nombre de las religiones, otros porque se creían superiores, otros por puro placer... pero al final todos son perversos. 

Me gustaría un mundo donde la perversidad no existiera, aunque ya sé que es una utopía, pero basta ya de hacernos daño los unos a los otros, basta ya de esas ansias de poder, aprendamos de nuestra historia para no volver a repetir todas esas atrocidades. Seamos tolerantes, abiertos y mejor concentremos nuestras energías en salvar este planeta, en lugar de destruir a los de nuestra propia especie.

lunes, 1 de abril de 2013

Nostalgia del pasado


A veces siento nostalgia del pasado. ¿No han pensado alguna vez que antes la vida iba más despacio? Yo tengo esa sensación. Soy de la generación de mediados de los 70 y veo como muchas cosas han cambiado durante estos años. Y han cambiado muy rápido.

De vez en cuando siento nostalgia de pequeños detalles, como por ejemplo, del sonido que hacía un disco de vinilo al ponerle la aguja del tocadiscos; de recibir una carta por correo postal, manuscrita por un familiar lejano o estar una tarde disfrutando el paisaje sin estar localizada a todas horas por un teléfono móvil.

Podría ser incongruente, pero debo confesar que a la vez me apasionan las nuevas tecnologías. Alucino cada vez que descubro el inmenso abanico de posibilidades que tenemos hoy día y lo rápido que nos llegan los nuevos artefactos tecnológicos, sin embargo no puedo evitar pensar en cómo estos cambios afectarán a nuestros hijos. Son niños que crecen a la vez que la tecnología. Son niños que con 3 años ya saben manejar un ratón del ordenador y muchos son capaces de comprender algún programa informático mejor que sus padres. 

Sé que mis hijos ya no necesitarán tanto esfuerzo a la hora de hacer los trabajos escolares. Me voy atrás en el tiempo y me acuerdo de cada vez que tenía que hacer algún trabajo de la escuela, me pasaba horas y horas investigando, en la biblioteca, resumiendo la bibliografía, escribiendo a máquina los trabajos, recortando fotografías... en fin, que no era tarea sencilla, pero todo ese esfuerzo valía la pena, porque aprendíamos y porque al final, si la nota era buena, experimentábamos una grata sensación de triunfo.  En la actualidad, seguro que se hacen trabajos en la escuela, pero tenemos tanta información alrededor y tan fácil de encontrar, que no creo que haga falta más que unos cuantos "clicks" en  para que quede un trabajo profesional.

Es sólo un ejemplo de los cambios en la sociedad. Los juegos también han cambiado. Antes los niños jugaban más al aire libre. Cualquier objeto servía para jugar; una cuerda, unas canicas, una tiza...

Ahora los niños lo tienen todo; muñecas de usar y tirar, videoconsolas, tablets, juegos electrónicos y cajas y cajas de juguetes que son sustituidos al más mínimo defecto o simplemente, porque ha dejado de gustar. 

Y yo me pregunto: ¿Lo tendrá más fácil esta generación ?, ¿Serán más felices?, ¿Serán más listos?

No lo tengo claro, pero sí sé que si los padres contribuyéramos más a la cultura del esfuerzo, a enseñarles a ver más allá del mundo que existe en internet o el teléfono móvil, nuestros hijos crecerían absorbiendo lo mejor de ambas generaciones y seguramente aprenderían a ser mejores personas.


domingo, 29 de julio de 2012

Ser positivos



En estos tiempos difíciles que corren, no soy la única que piensa que necesitamos que nos lleguen noticias positivas. Se dice, por ejemplo, que una actitud positiva es esencial para vencer enfermedades tan graves como el cáncer, entre otras. Pues bien, este país llamado España, necesita ahora mismo esa actitud.

En este país estamos atravesando por una crisis sin precedentes que puede desmoralizar al más optimista. Las noticias que escuchamos diariamente son demoledoras. Estamos hartos de recibir malas noticias de forma constante, ya sea por los medios de comunicación, por la gente que conocemos, por lo que escuchamos en la calle, etc.

Necesitamos ser positivos. Necesitamos creer que hay una luz al final del túnel. Necesitamos saber que esta crisis la vamos a superar y que a nuestros hijos les espera un futuro mejor.

Antes, la única prima de la que oíamos hablar, era la prima del pueblo que nos venía a visitar, o aquella prima del pueblo de nuestro amigo que estaba buenísima. Ahora, la prima de la que todos hablan, es la "prima de riesgo". Mucha gente no acaba de entender lo que significa, pero sí sabemos todos que ha salido disparada y que mientras más elevada sea, peor nos va en nuestra economía.

Cada día escuchamos en los telediarios estas noticias que nos meten el miedo en el cuerpo; miedo que aprovechan los gobernantes para recortar y recortar sin límites muchos de los derechos adquiridos mediante la lucha de nuestros antepasados, pero que ahora no se pueden mantener, pues según ellos, es insostenible la situación. Ahora nos toca a nosotros, el pueblo, sacrificarnos por lo que los gobernantes y banqueros han hecho mal.

Es totalmente injusto, pero vuelvo a repetir, necesitamos ser positivos ante el panorama que se nos avecina, saber que podemos seguir luchando contra viento y marea para salir de esta situación.

No digo que haya que disfrazar la realidad, sino que todos, incluyendo a los medios, debemos esmerarnos en buscar debajo de las piedras cualquier atisbo de noticias positivas que nos generen un rayo de esperanza. Algo de confianza para un pueblo castigado y desconfiado. Basta ya de hablar cada día de la crisis.Vamos a buscar noticias positivas y difundirlas. Porque la esperanza es lo último que se pierde y eso es precisamente lo que necesita este país: Esperanza.


sábado, 19 de mayo de 2012

El "corralito" en España


Foto tomada de laopiniondemurcia.es


Hace tiempo que se oyen rumores en España sobre la posibilidad de un "corralito" al más puro estilo argentino. Para los que no lo sepan, en Argentina se llamó "corralito" a la restricción para retirar de bancos y cajas de ahorro el dinero en efectivo de cuentas corrientes o plazos fijos.

Nuestra economía ha caído al más bajo nivel y la gente tiene miedo de que sus ahorros les sean retenidos o arrebatados.

El señor De Guindos, actual ministro de Economía, se ha apresurado a desmentir esos rumores, afirmando que "lo del corralito es un sinsentido".

La gente tiene miedo. No es la primera vez que el gobierno nos engaña. Cuando empezó la temida crisis, el Gobierno anterior se empeñaba en afirmar una y otra vez que no había crisis en España.

En las últimas campañas políticas para acceder a la presidencia, el Gobierno actual afirmó una y otra vez que no subiría el IVA y ahora el Sr. Rajoy dice que hará lo que tenga que hacer para salir de esta gran crisis que ha llevado al país a la ruina.

Reformas y más reformas en servicios esenciales como la educación, la sanidad, los servicios públicos y esenciales para los ciudadanos de a pie, que somos los que finalmente pagamos los platos rotos de una gran deuda propiciada por políticos y banqueros, esos que ahora hay que "salvar" para que nos puedan volver a prestar dinero y la situación se vuelva a normalizar.

Es indignante la situación. Los que no tenemos nada o escasos ahorros no estamos tan preocupados porque al fin y al cabo, no tenemos mucho que perder, pero los que tienen los ahorros de toda la vida, tienen miedo, no saben qué hacer si al final los presagios resultan ser ciertos y se impone el "corralito" en nuestro país.

La economía no se mueve, está estancada. La gente sin trabajo evidentemente gasta en lo esencial, temiendo el día en que se le termine la prestación por desempleo, casi como el día del juicio final. Los que tenemos trabajo, somos afortunados, pero no tenemos ninguna seguridad, ya que la empresa puede cerrar o nos pueden despedir más fácilmente alegando motivos financieros, por lo tanto tampoco gastamos el poco dinerito que obtenemos con nuestro salario. Si no compramos, las empresas no venden, si no venden, las empresas nos echan a la calle o cierran sus puertas, si nos echan, nos vamos al paro, si vamos al paro, no compramos nada... en fin que es el pez que se muerde la cola.

Estamos en una situación de impotencia y desesperación porque vemos como van desapareciendo los derechos por los cuales nuestros padres y antepasados lucharon e incluso algunos perecieron en esa lucha, mientras el Gobierno se ampara en la "austeridad y el sacrificio" que ahora todos los ciudadanos debemos practicar para no caer en el abismo.

No me gusta hablar de temas políticos en los blogs en lo que escribo, pero llega un momento que todas las voces deben sonar al unísono, en defensa de nuestros derechos y nuestra dignidad. Estamos hartos de recortes, de la corrupción de los políticos, de que los bancos nos manejen a su antojo, de que algunos sigan viviendo con total comodidad mientras que los más desfavorecidos cada vez tienen menos. ¡Estamos hartos y queremos que nos oigan!

sábado, 7 de enero de 2012

Publicidad de las compañías telefónicas


Empiezo a estar cansada de tantas ofertas publicitarias. Continuamente recibo llamadas a mi móvil o a casa para ofrecerme diferentes servicios, principalmente, son compañías telefónicas que me prometen cualquier cosa con tal de que les haga un contrato. Yo no sé si ocurre lo mismo en otros países, pero en España, esta guerra de las compañías de telecomunicaciones, no está saturando.

Últimamente me han llamado de todas las compañías habidas y por haber en este país. La conversación es la siguiente: “-Buenos días Doña X, permítame presentarme, soy tal, de la compañía tal y tengo el gusto de ofrecerle las nuevas tarifas con las que usted se va a ahorrar...” y así siguen, casi sin respirar hasta que han leído de carrerilla todas las maravillas que tienen que ofrecernos. Al principio les escuchaba pacientemente, pero si les hacías alguna pregunta que no estaba en su “guión”, ya los descolocabas y no sabían cómo responderte, pero cualquier respuesta siempre era positiva, con tal de vender, te responden cualquier cosa que quieras oír, aunque no sea cierta. Son como robots. Leen y leen y no escuchan nada de lo que les digamos nosotros.

Ahora directamente les digo que no me interesa. Me dicen “señora, pero si no me ha dejado explicarle, ¿cómo sabe que no le interesa? Y les respondo que no importa lo que me ofrezcan, no me voy a cambiar de compañía telefónica, por lo que no debemos perder el tiempo ni ellos ni yo.

Yo entiendo que tal como está la situación laboral en España ahora mismo, con casi 5 millones de parados, estos “agentes” tienen un empleo más, en el que deben ser diligentes e intentar convencer a los posibles clientes, pero llega un momento en que no es soportable y al final creo que voy a optar por colgar sin hablar. Así no perdemos el tiempo y se pueden dedicar a convencer algún incauto que aún le quede la paciencia necesaria y las ganas de embarcarse en la gran aventura que supone cambiar de compañía telefónica.