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Bienvenidos

Soy una persona normal, casada, madre de dos hijos, trabajadora, entusiasta, que disfruta los pequeños momentos buenos de la vida y a la que le gusta escribir. Hoy inicio este Blog para que queden plasmados mis pensamientos, opiniones o comentarios y algún día, quizás mis hijos lo lean y me conozcan un poquito mejor. Simplemente contaré momentos de mi vida cotidiana o compartiré alguna opinión que me parezca interesante. ¡Bienvenidos!

domingo, 13 de noviembre de 2011

Googlea googlea

 
He leído que la Real Academia de la Lengua Española se está pensando si incluye la palabra “googlear o guglear” en su diccionario, debido al gran uso que se le da para referirse a buscar algo en internet por medio del motor de búsqueda de Google. Por lo que leí, a Google no le gusta que se utilice el neologismo (en inglés “to google”) pues teme un desgaste de su marca registrada como ocurrió con Gillette o Yo-yo. 

Sinceramente, pienso que este verbo debería existir, pues cada vez más gente lo utiliza. Es habitual cuando alguien desconoce algo y hace una pregunta, que alguien diga “mételo en Google” y lo sabrás. Google ha desbancado a sus competidores por goleada y es el buscador más utilizado del mundo, con un 68,6%, seguido de Yahoo con un 16.7%. 

Pero Google no sólo es un buscador; es una compañía grandiosa que debe tener personal altamente cualificado, a los que miman y hacen de su lugar de trabajo un lugar envidiable para el resto de personas que trabajamos en una empresa, para así hacer que las ideas fluyan mejor. Parece ser que funciona, pues no dejan de crecer y crear cada vez más utilidades para los usuarios de la web.

A veces creo que son todopoderosos, pues saben mucho más de nosotros que cualquiera; saben a quién escribimos, saben lo que buscamos, nuestras preferencias, las compras que hacemos, la música que nos gusta, dónde viajamos, etc y todo ello se lo facilitamos nosotros mismos con nuestras búsquedas continuas en este buscador.

Está claro que es una herramienta muy útil, que nos ha simplificado la vida gracias a unos algoritmos misteriosos y a un montón de gente que está detrás de cada una de nuestras búsquedas con fórmulas complicadas que nos dan la información solicitada.

Por eso pienso que la palabra Googlear debería existir, en honor a estos gigantes de la información que tanto trabajo se toman para satisfacer nuestras necesidades.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Dicen los expertos...



Continuamente escuchamos la frase: “Dicen los expertos que…”, seguida de alguna afirmación en la que nos alertan y nos dan pautas a seguir; Son unos señores que saben mucho sobre un tema en concreto y que por lo visto, nosotros debemos seguir al pie de la letra sus indicaciones. Y yo me pregunto: ¿Quiénes son estos señores? ¿Quién decide que beber 3 litros de agua al día es sano y por qué hay otros que aconsejan totalmente lo contrario?

Por ejemplo, leía el otro día que en los años 50, algún experto calificó la televisión como un invento absurdo y decía que nadie se iba a entretener con esa caja tonta; también está el ejemplo de los que decían que ¿Quién iba a querer tener un ordenador personal en casa?. El tiempo les ha quitado toda la razón.

A veces circulan rumores  o comentarios que nadie sabe de dónde provienen, pero nos lo creemos todo. Pongo un ejemplo de conversación: “-Dicen que van a cerrar el Mercadona de la esquina. - ¿Quién dice eso? -Pues no sé, pero lo he oído. -Ay, qué lástima, con lo bien que me iba.” Y ya damos por hecho que en un mes está cerrado. 

 También circulan todo tipo de consejos y leyendas de dudoso origen en la red de redes, previniéndonos de mil adversidades o dando consejos sobre la salud, eso sí, siempre avalados por los famosos “expertos”. No cesan de llegar montones de mensajes enviados en cadena una y otra vez ya que por si acaso tuvieran razón, los reenviamos para salvar algunas vidas.

En estos días me llegó un mensaje de email informando que el uso de desodorantes antitranspirantes puede causar cáncer de mama. Pues bien, dicen los expertos que esta afirmación es errónea ya que no hay pruebas epidemiológicas ni experimentales que demuestre una relación directa entre estos desodorantes y el cáncer de mama. ¿Serán esos expertos los mismos de las compañías de este tipo de desodorantes, los  que difunden ese mensaje tranquilizador?, ¿A quién creemos?

Un día me gustaría inventar un rumor o consejo y ponerlo a circular por la red, sólo para comprobar si dentro de algunos años me viene devuelto y así poder vanagloriarme de pertenecer al privilegiado grupo de “expertos” que abundan en nuestra sociedad.

sábado, 6 de agosto de 2011

Hablando de indignados



En esta época que está tan de moda indignarse, me voy a sumar a la larga lista de indignados y voy a protestar por este medio que está a mi alcance.

Podría indignarme por muchas cosas, como por ejemplo porque no encuentro un partido o un candidato que me represente para poder votarle en las próximas elecciones, por tener recortes en cosas tan importantes como la sanidad, la educación, las ayudas sociales.... o por infinidad de temas por los que hoy nos podemos quejar y reivindicarnos, ya que tenemos la suerte de vivir en un país democrático.

Pero no; el tema por el que me indigno, no tiene nada que ver con la política, sino por una práctica que vengo observando desde hace tiempo y veo que cada vez más empresas la aplican impunemente mientras nosotros, los sacrificados usuarios, una vez más la asumimos como normal y nos mantenemos silenciosos al respecto.

Pues bien, ya no me entretengo más y desvelo la causa de mi actual indignación: los horarios de los hoteles.

Recuerdo que no hace demasiado tiempo, el horario de entrada y salida de un hotel eran las 12 de medio día. Esa hora era sagrada y los que tenían prisa por entrar se topaban con los que dejaban la salida para última hora y aprovechaban la piscina hasta el último momento o preparaban el equipaje en el último momento.

Si bien es verdad que en la recepción de un hotel a veces la situación era caótica (lo viví en carne propia, pues he trabajado en una recepción de hotel), porque tenías que hacer las facturas, comprobar que no haya llamadas, que el mini bar esté en orden, atender y rellenar las fichas de los que entran, darles información, etc etc y todo se juntaba a las 12, pero al final ese momento pasaba y todo el mundo contento.

Después las normas empezaron a cambiar; se salía a las 12 am pero se entraba a las 14 o 15 hrs. Así, explicaban ellos, daba tiempo a hacer las habitaciones y no coincidían quienes entraban con quienes salían y todo iba más relajado. Ya nos estaban quitando 2 o 3 horas de nuestra estancia.

Pero ahora, ya el tema es un poco descarado. Últimamente al reservar en algún alojamiento, me he encontrado con que la entrada es a las 17 Hrs (a las 5 de la tarde!!!) y la salida es a las 10 de la mañana!!!! ¡Casi nos están robando un día completo por la cara y se quedan tan tranquilos!

Es por ello que me considero estafada y quiero montar mi propia manifestación para pedir: !Retorno a las 12 YA!

domingo, 24 de julio de 2011

Tediosos aeropuertos



Creo que cualquier viajero o turista que se precie (que no son lo mismo), coincidirá conmigo en que la parte más tediosa de viajar son los aeropuertos. Lamentablemente, no me puedo definir como viajera, sino que pertenezco al último grupo; soy una turista con ganas de alcanzar el siguiente nivel, pero pienso que algún día lo conseguiré.

Volviendo al tema que nos ocupa y ahora que se aproxima un viaje estival con mi familia, tiemblo cada vez que me imagino lo que será viajar con dos niños pequeños.

Para empezar, tienes que estar en el aeropuerto con 3 horas de antelación, hacer colas eternas para identificarte y facturar, pasar por los incontables controles a lo largo de todo el aeropuerto, donde frases como esta son lo más habitual: "ahora sáquese el cinturón…, quítese los zapatos…, sáquese todas las monedas…, ponga el ordenador en una bandeja aparte y sáquelo de la funda…, saque al niño aunque esté durmiendo y doble el cochecito para pasarlo por el escáner (esto es porque podría haber una bomba dentro)…, etc, etc.

Cuando ya casi te has desnudado, cuando has sido toqueteado, ultrajado, despojado de las botellitas de agua que llevabas "por si colaban" y te sientes humillado y sin intimidad, entonces pasas a la zona "Duty free"; una zona maravillosa de tiendas, donde puedes adquirir los últimos souvenirs o comprar moda mucho más cara que fuera del aeropuerto, pero con el cuento de que son libres de impuesto, te quieren colar que son el chollo del siglo y a lo mejor te gastas un dineral.

Luego llega la hora de subir al avión; allí es donde te das cuenta que la gente que parece que pase de todo, realmente está muy pendiente, porque es como si tuvieran un resorte en el asiento que se dispara en cuanto anuncian tu vuelo. No sabes cómo, pero no han terminado de decir el número completo del mostrador de embarque, que la cola ya es kilométrica. Por suerte, si viajas con niños, te puedes colar y ponerte delante, con la consiguiente cara de fastidio que ponen los primeros de la fila.

Si tienes suerte, irás por los denominados "fingers" y subirás directamente al avión, pero si te toca coger un bus hasta el avión, perderás completamente los privilegios del primer puesto. Al subir en el avión, si eres de los primeros, tienes la suerte de elegir el espacio que más te convenga para poner tu maleta de mano, que cumple religiosamente las medidas estipuladas y cuando estás arriba te das cuenta que otros se traen unas maletas que ocupan el doble de la tuya y piensas en cómo diablos se las han dejado subir.

Si el viaje es corto, puedes ir entreteniendo a la prole con algún que otro juego o enseñándoles las nubes, etc, pero si el viaje dura unas once horas, como durará el mío, por más nubes diferentes que les enseñes, se van a agobiar y se van a poner insoportables, así que hay que armarse de paciencia y llevar entretenimiento para rato.

Finalmente, cuando llegas a destino, la cosa no termina allí; tienes que volver a pasar controles (depende del país que visites), interrogatorios, rellenar cuestionarios interminables y absurdos en lo que te preguntan si eres terrorista o tienes planificado poner una bomba en ese país, además de soportar en algunos casos que te registren la maleta y tu intimidad quede reducida a un trapo. Cuando sales y ves a los familiares fuera esperándote, es como si hubieras conseguido un gran logro al sobrevivir a toda la odisea.

A mi me han pasado varias cosas curiosas en los aeropuertos, como por ejemplo una vez que el avión estaba apunto de salir y el policía está más interesado en saber si tenía novio e invitarme a un café que en dejarme pasar… otra vez entré en un país del Caribe (en el año 2004) con un pasaporte caducado de dicho país del año 86 (para evitar pagar el impuesto de turista) y me dijeron, "bueno, no pareces tu, pero no importa" y acto seguido me pusieron el sello de entrada (aunque tengo que aclarar que llevaba el pasaporte español al día por si acaso).

Otro caso curioso es una vez que regresaba de Canarias y mi hijo se empeñó en llevarse una pelota en la mano. Cuando entramos en el avión, el personal nos dijo que era peligroso porque podía explotar durante el vuelo por la presión, así que se la llevaron a los pilotos y ellos intentaron desinflar la pelota, incluso demorando la salida del vuelo.

En otra ocasión, en Londres me mantuvieron apartada de la cola al entrar, pues no sé qué problema había en la foto del pasaporte que les impedía identificarla correctamente y me dejaron en un cuartito un buen rato, del cual me dejaron salir después de interrogarme y dejarme hecha un flan de nervios.

En fin, supongo que como siempre, sobreviviremos y aunque nos resulte incómodo pasar por todo eso, tendremos que armarnos con buenas dosis de paciencia y soñar que todo pasará en un instante.

jueves, 16 de junio de 2011

Diminutivos políticamente correctos


Me he dado cuenta de que mucha gente utiliza diminutivos al hablar. Hay algunas ocasiones en las que generalmente las palabras se emplean usando diminutivos, como si así fueran menos despectivas. Por ejemplo, cuando se está describiendo a una persona de otra raza, es común escuchar frases como estas: “ese niño negrito que está en tu clase” o “el morito que vive al lado de mi casa”...como si así se quisiera suavizar el hecho de que ese individuo en cuestión es negro o es moro. Me hace gracia el hecho de que si queremos describir a alguien de raza blanca, nunca decimos “el blanquito ese” sino que emplearíamos otro tipo de adjetivos: “es rubio, alto, delgado, etc”.

Esto mismo se aplica a otros adjetivos, como “gordita, delgadita, etc” en los que empleamos el diminutivo para disimular lo que realmente pensamos. Por ejemplo, si estamos pensando “esta niña está como una vaca”, solemos decir: “mira que gordita está la niña, con esa barriguita tan mona”. Si pensamos que alguien está en los huesos, decimos: “Uy, que delgadita te has quedado”... y así no suena tan mal.

Otra palabra que suele ser utilizada en España de forma habitual como un diminutivo, es “braguitas”. Por ejemplo, sería muy normal escuchar en el ginecólogo u otro médico, a la enfermera que llega y te dice “quítese la ropa y también el sujetador y las braguitas”. ¿Por qué no me dicen también “el sujetadorcito”?,¿Qué problema hay con decir “quítese las bragas”? Debe ser que suena inapropiado o que al decir “braguitas” intentan suavizar todo lo que viene después.

Y ya no digamos como nos ponemos cuando nos dirigimos a un bebé; Los diminutivos vienen seguidos de cualquier sonido gutural que si el pobre bebé pudiera hablar, nos diría que nos dejemos de poner esas caras y ese tono de voz y les hablemos con absoluta normalidad, no como si fueran extraterrestres.

“Ay mira que bebecito más bonito, que pequeñito, brrrr, cuchi cuchi, ti ti ti, gu gu...”

Por todo esto mis queridos amigos, os exhorto a decir las cosas tal como son, si es blanco es blanco y si es negro, es negro.

domingo, 5 de junio de 2011

Representando la humanidad


El otro día leía un artículo interesante sobre una Bóveda construida cerca del Polo Norte, cuya finalidad principal es preservar y mantener seguras los recursos vegetales más importantes para la alimentación y la agricultura.

Allí se guardan semillas de todo tipo (de momento ya hay muestras de más de medio millón de semillas de diferentes especies y de varios países, entre ellas más de 3000 de España) y la finalidad de esta bóveda es protegerlas de cualquier cambio que afecte el planeta, tales como una guerra, una subida del nivel del mar, el calentamiento del planeta u otras situaciones que pongan en peligro dichos tesoros.

Ésta bóveda está situada en una moderna mina a 120 metros de profundidad en las Islas Svalbard, (Noruega) y están en un lugar idóneo debido a las bajas temperaturas que retrasan el envejecimiento de las semillas y garantiza una refrigeración natural.
El material está permanentemente custodiado y organizado en cajas con códigos que especifican la procedencia de cada semilla y cada vez más países se animan a enviar sus especies, ya que , según cuenta el artículo, muchas semillas se pierden en guerras o desastres naturales.

Lógicamente, con el paso del tiempo, las semillas perderán su capacidad de germinar e irán muriendo, pero algunas serán extraídas de las muestras almacenadas, serán plantadas y luego se recolectarán semillas nuevas y frescas que serán reincorporadas a la cámara. 

Este artículo me hizo pensar en que deberían haber varias minas como esta, pero no sólo para guardar semillas, sino para preservar una pequeña muestra de nuestro paso por la vida. Debería haber un lugar con una pequeña representación de muestras de arte, de objetos que son iconos a nivel mundial, un lugar bien protegido de cualquier catástrofe,  donde si alguna vez el planeta dice “¡Basta!” y alguna de las tantas predicciones que vaticinan el fin del mundo se hace realidad; lo encontrara alguna nueva civilización e intentaran descubrir cómo fue la vida humana, igual que nosotros hemos hecho con los dinosaurios.

Sería difícil elegir lo que se debería guardar allí; encontrar muestras de objetos que representen a toda la humanidad no es tarea fácil y más teniendo en cuenta los diferentes intereses que tiene cada país y lo que es importante para unos, no lo es para otros; pero lo que sí está claro, es que esa nueva civilización se dará cuenta de lo estúpidos que fuimos al cargarnos el planeta, precisamente por nuestro afán de fabricar, reproducir y consumir todos esos objetos que estarían allí guardados.

viernes, 13 de mayo de 2011

Soñar no cuesta nada



Todos o casi todos tenemos algún sueño en nuestras vidas. Hay quienes lo manifiestan a los 4 vientos y hay gente más reservada con alguna secreta aspiración a cumplir en sus vidas. Muchos anhelamos que algún día nos veamos agraciados con un premio de lotería que nos dé un buen pellizco para poder cumplir una parte de nuestros sueños. El otro día me comentaban los dueños de un establecimiento de loterías, que un día vino un chico del barrio a mirar si su boleto resultó agraciado y resulta que había ganado en la primitiva nada menos que 600,000 Euros. -Buf, le dije, ¡seguro que ya tiene la vida resuelta! y me contestó: -Pues no, todo lo contrario, hoy en día está endeudado hasta las cejas, se gastó todo el dinero de golpe ya que no supo gestionarlo y ahora está peor que antes. 

Me puse a pensar en el "trastorno" que causaría ganar una gran cantidad de dinero y en cómo perdemos el juicio al sentirnos poderosos. Es muy difícil mantenerse con la cabeza clara y pensar con claridad en la mejor forma de invertir esas ganancias.

Pero volviendo al tema de los sueños, mi mayor sueño es viajar por el mundo, conocer nuevas culturas, nuevas formas de vida; descubrir lugares hermosos que la naturaleza nos brinda… Hay tantos sitios por descubrir, tanto para ver… Siento que nos pasan los años demasiado rápido, a veces pienso que se va la vida y no me dará tiempo a hacer algo significativo que me llene a nivel personal. El trajín de la vida diaria nos sumerge en una rutina de la que es difícil salir.

Por mi parte, me conformaría con visitar los 5 continentes antes de morir (de momento me faltan 3 por descubrir, pero creo que aún soy joven para poder hacerlo) y llevarme la esencia de cada unos de ellos. Pienso que no es un sueño tan descabellado, aunque teniendo en cuenta que hay gente que en toda su vida no conocen ni el pueblo de al lado, quizás sea una hazaña el lograrlo. Hoy en día la gente joven tiene más inquietudes y es mucho más global, además de contar con la tecnología actual que facilita la apertura al mundo, por lo que creo que será más fácil satisfacer la curiosidad por descubrirlo todo.

También debe haber gente sin aspiraciones, personas que se limitan a ver la vida transcurrir por delante de ellos sin más aspiración que conseguir un buen trabajo, tener una vida sana y ver crecer a los hijos. Esta opción es respetable. Cada uno decide sobre su forma de pasar por este mundo que avanza tan rápido, pero lo que está claro es que soñar no cuesta nada y no hay nada más satisfactorio que perseguir un sueño y lograrlo. Soñar nos mantiene vivo el espíritu; soñar nos mantiene la ilusión.  ¡Sigue tus sueños!

sábado, 9 de abril de 2011

Las siglas de oro



Vivimos rodeados de siglas por todas partes. En nuestra vida cotidiana escuchamos muchísimas palabras que son siglas o acrónimos de otras y hay que estar al día para saber lo que significan todas ellas. 

Hoy en día casi todo el mundo en España, lamentablemente,  sabe lo que es un ERE (Expediente de regulación de empleo) o ha oído hablar de una OPA (Oferta Pública de Adquisición de acciones), entre otras
.
Hay siglas que no tienen nada que ver según en que idioma se digan, por ejemplo, si le mencionas la OTAN a un inglés, no lo entenderá enseguida, pues las siglas correspondientes en inglés son NATO o la OMS (Organización mundial de la salud) en inglés sería WHO. Hay otras en que se dicen igual en cualquier idioma, por ejemplo la UNESCO por ser difícil de traducir en otras lenguas.

En el mundo de la informática también hay infinidad de siglas. El otro día me reía al oír a mi queridísimo esposo decirle a mi madre las siguientes palabras: “Tienes que encender la CPU, conectar el USB, te vas a la web y seleccionas la URL”. No es difícil imaginar la cara con la que se quedó mi madre al intentar seguir estas instrucciones. Palabras como MP3, CD o SMS (que por cierto, todos utilizamos y no todo el mundo sabe que vienen de las palabras Short Message Service en inglés  y quiere decir Servicio de Mensajes Cortos) son habituales en nuestro día a día. 

Las personas mayores lo tienen más difícil para habituarse a todo el vocabulario y los adolescentes lo dominan como si nada (sobretodo en el mundo informático). El otro día una señora decía que me iba a mandar un SOS, refiriéndose a los mensajes de texto.

Hay siglas como la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) que pueden llevar a confusión. Por ejemplo si alguien de otro país de habla hispana pregunta “¿qué estudias? Y le contestas “primero de ESO”, te dirá ¿Primero de qué?, pues de ESO y así la conversación se puede hacer interminable.

Los países tienen sus siglas, las empresas con nombres interminables se valen de un acrónimo para ser reconocidas más fácilmente, las monedas de cada país, las organizaciones gubernamentales, etc, así que lo mejor es ponerse al día y cada vez que escuchemos algunas siglas nuevas, hay que investigar para estar al tanto de lo que significan.

martes, 5 de abril de 2011

Dichoso cambio de hora



A propósito del reciente cambio de hora en España, me pongo a pensar si realmente ahorramos sólo en este país unos 300 millones de Euros tal como afirman los estudios. Ahora que llega la primavera, el día se alarga y oscurece cada vez más tarde. Desde mi ignorancia, no veo cuál es el ahorro. En mi trabajo permanecen encendidas las mismas luces que antes de hacer el cambio. En mi casa, quizás se encienden las luces un poco más tarde, pero al levantarnos, como está más oscuro, se encienden antes. 

Leí en un artículo, que en España este cambio de horario se realiza desde 1974, cuando se produjo una crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. A partir de entonces, se ha ido renovando cada año, cambiando el último domingo de marzo y el último domingo de octubre. Dicen incluso que dichos cambios no sólo nos beneficia en un ahorro económico, sino también en otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo, los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.

En el caso del turismo u ocio, es verdad que en el verano, apetece estar hasta última hora en la calle, en una terracita, charlando y tomando algo por lo tanto consumimos más y esto de alguna forma favorece al turismo y a la industria, además tenemos la sensación de que los días son más largos incluso, pero sinceramente, no sé en qué nos beneficia a la salud, pues en mi casa es un trastorno para los niños volver a adecuar sus horarios de la rutina diaria y se pasan una semana sin adaptarse. Yo misma la primera semana del cambio voy como una “zombie” hasta que me adapto. Los detractores de esta medida consideran que repercute física y psicológicamente en el ser humano, sin embargo los estudios realizados hasta ahora consideran que los cambios  en el organismo son leves y transitorios.

Hay países que han logrado acostumbrar a sus ciudadanos a este cambio sin muchos inconvenientes, pero hay otros que no lo han tenido tan fácil, como por ejemplo, la República Dominicana, en el que en su día  implementaron el cambio de horario pero parece que no toda la población se enteró y hubo un tiempo en que unos tenían una hora y el resto otra, hasta que decidieron volver atrás con la medida.  
En Venezuela por ejemplo, después de varios estudios y consideraciones, el Gobierno decidió volver al huso horario que se regía en Venezuela hasta el último día de 1964. En tal sentido el cambio consistió en atrasar la hora legal de Venezuela en 30 minutos menos,  en lugar de una hora, por lo que su horario difiere en 30 minutos a los de sus vecinos sudamericanos.

En fin, supongo que si los diferentes gobiernos han adoptado la medida, por algo será, pero yo sigo sin acostumbrarme, sobre todo cuando llega el otoño y los días vuelven a ser fríos, lluviosos y oscuros.

martes, 22 de marzo de 2011

Azul, como el mar azul



Estaba leyendo en el suplemento ES de la Vanguardia un artículo en el que explicaba la historia del color azul. Son cosas en las que no nos detenemos a pensar y son realmente curiosas. Pensamos que los colores han estado presentes en los objetos cotidianos  toda la vida, pero no es así. 

Cuenta el artículo que el color azul no figuraba en las pinturas rupestres; ni siquiera los romanos utilizaban este color. Fue más adelante cuando el azul  se consagró, concretamente en los siglos XVII y XVIII, con el descubrimiento del índigo como colorante natural. Hoy en día es el color preferido por un 45% de los europeos, por delante del verde.  Es el color de la pureza, de los sueños, de la melancolía… El azul inspira confianza y es un color limpio aunque quizás un poco frío. Es el color del cielo, del reflejo del mar, es el color de la vida.

El azul siempre ha sido mi color favorito desde pequeña, a pesar de la absurda teoría de que el  azul es para los niños y el rosa para las niñas y a pesar  de lo que indican ciertos horóscopos en los que aseguran el color “dorado” debería ser mi color favorito.

Otros datos curiosos que señalaba el artículo, es que prácticamente no hay ninguna comida de color azul en nuestros platos habituales (a menos que lleve un colorante artificial, pero es muy raro) o por ejemplo que dicho color no está en el arcoíris y que tiene unas 110 gamas distintas.

En definitiva, invito a los lectores a preguntarse el porqué de las cosas y a disfrutar  de los días soleados con un azul tan intenso que nos llena de gloria.

sábado, 19 de marzo de 2011

Me caso, no me caso...


Ahora que llega la primavera y se acerca la época de los enlaces matrimoniales, me pongo a pensar si realmente ilusiona que te inviten a una boda o más bien resulta un engorro. Para mi personalmente, a menos que sea de un ser muy querido, creo que me decanto más por la última opción. 

Cuando te llega una invitación de boda, hay que ponerse a temblar, por los gastos que acarrea y los preparativos previos a la misma. Generalmente en España se suele hacer un regalo equivalente a lo que costaría el cubierto de cada asistente y éste suele ser un ingreso en una cuenta bancaria o un sobre en efectivo que se le entrega a los novios personalmente. A veces he oído historias de los famosos sobres vacíos o con periódicos, en lugar de dinero, ya que no sería de buena educación por parte de los novios abrir el sobre en el momento para ver su contenido y muchos aprovechan para hacer esta pequeña broma y a la vez escaquearse de gastar un dineral. En una ocasión asistí a una boda en Croacia, en la que iba un señor con un micrófono por las mesas, recogiendo dichos sobres y anunciando la cantidad que daba cada uno, mofándose en el caso de que fuera poco dinero, cosa que no me pareció muy normal.
A mi personalmente me gusta regalar un regalo, como se hacía antes, quizás porque lo veo más personalizado que un sobrecito con dinero.

Aparte del regalo, hay que pensar en el traje de ese día, zapatos y bolso a juego, complementos, peinado en la peluquería, etc. Si la boda es en otra ciudad, también hay gastos de traslado y estancia en el lugar de la misma. En fin, una ruina; aunque tengo que reconocer que yo prefiero las bodas en países extranjeros, porque ya que hago el gasto, por lo menos de paso hago turismo y conozco algún otro lugar.

En cuanto a los novios y los preparativos de su enlace, los hay de todo tipo; los que están año y medio planificando la boda, que piensan en el más mínimo detalle, invitan a 200 personas, alquilan todo tipo de servicios por los que le sale la bromita por ojo de la cara y a los 2 meses ya se están separando. Los hay quienes tiran de los padres y suegros, ahorrándose así gastarse un dineral y luego beneficiándose íntegramente de los regalos y el dinero obtenido. Para éstos es un gran negocio. 

Hay otros, como es mi caso, que en 20 días planificamos todo y ni siquiera dije en el restaurante que reservé que era para una boda. Esto también tiene sus inconvenientes de última hora (por ejemplo en mi caso pusimos una cadena de música que justamente ese día falló y se escuchaba distorsionada) y al final el resultado fue una boda sencilla, pero con todos los ingredientes para disfrutarla junto a nuestros familiares y amigos más allegados.

Recuerdo que justamente antes de mi boda asistí a una feria dedicada íntegramente a las bodas y sus preparativos. Había todo tipo de posibilidades; desde la llegada de los novios en un helicóptero a un jardín inmenso donde se celebraría el enlace, hasta irse con el fotógrafo a una isla exótica a hacerse las fotos de los novios. Está claro que según las posibilidades de cada bolsillo, se harán más o menos extravagancias en ese día tan especial, pero creo que lo más importante de ese día es saber que estás dando un paso muy importante al declararle a la persona que quieres, tu intención compartir el resto de tu vida a su lado y para eso no hace falta tanta parafernalia. ¡Que vivan los novios!

miércoles, 16 de marzo de 2011

Lisboa



Hemos visitado la ciudad de Lisboa en plan familiar, con 2 niños pequeños (de 2 y 4 años) y la experiencia ha sido agotadora pero interesante. En este viaje hemos sacado dos conclusiones importantes: la primera, que no se debe viajar con niños tan pequeños si se quiere disfrutar y conocer una ciudad a fondo y la segunda: que hay que salir con bastante tiempo al aeropuerto, para evitar imprevistos de última hora (casi perdemos el avión).

Respecto a Lisboa, comentaré que no es una ciudad que atrape a primera vista, pero tiene rincones interesantes.  Está la Lisboa moderna donde se celebró  la Expo 98, con espacios abiertos, edificios modernos, el Pabellón Atlántico, donde se celebran conciertos y espectáculos, además de otras atracciones como el teleférico, desde donde podemos contemplar una vista estupenda del Puente Vasco de Gama, según los portugueses que son muy presumidos,  es el más grande de Europa con sus 17,2 Kms.

Por otro lado, está la Lisboa antigua, la parte vieja, donde nos encontramos las auténticas calles del centro histórico de la ciudad.  La Baixa es la zona más visitada y el corazón de la ciudad, por donde transitan los pintorescos tranvías y a la vez nos deleitamos con el sonido de los fados al pasear por sus calles. En el Barrio de Alfama encontramos la Catedral de Lisboa, una de las más antiguas de la ciudad, construida en el año 1147 y el Castillo de San Jorge, de visita obligada, pues desde allí se puede disfrutar de una de las vistas más bellas de la ciudad. Ambos tuvieron que ser reconstruidos después del terremoto que asoló la ciudad en 1755.

Otra zona interesante es la zona de Belem, donde encontramos el Monasterio de los Jerónimos y la famosa Torre de Belém, desde donde se puede apreciar el Puente 25 de Abril o el monumento a los Conquistadores y está rodeado de jardines y praderas. No hay que irse de allí sin probar uno (o más) de los deliciosos y tradicionales pasteles patentados por la pastelería de Belém desde 1837.

Nosotros estuvimos en Portugal dentro de un ambiente cubano, pero pudimos apreciar la amabilidad y cortesía de sus habitantes así como la tranquilidad con la que viven la vida. El portugués es difícil de entender, aunque con las palabras clave, como "obrigado"  (cuesta acostumbrarse a decirla) o "não falo Português", se puede ir tirando.